Para mí la historia es una rueda, la inconsistencia es mi esencia dice la rueda, súbete a mis ruedas, si quieres, pero no te quejes cuando te lance a los abismos, los buenos tiempos pasan, pero también los malos, la mutabilidad es nuestra tragedia y también nuestra esperanza, los peores tiempos y también los mejores siempre están pasando

Boecio

martes, 25 de mayo de 2010

UNA REFLEXIÓN RURAL

Sin duda alguna el neoliberalismo se ha presentado como uno de los retos más complicados en la historia mexicana, principalmente por su gran potencial de descomposición social.

Este proyecto que comenzó a los mediados de los 70´s (de la Madrid) y se formalizo a mediados de los 90´s (Salinas) ha presentado una destrucción sistemática del bienestar social, el cual estaba materializado en servicios estatales, subsidios, seguro social, asistencias, etc. en pocas palabras el neoliberalismo y su avance puede ser medido directamente con la disolución del Estado.

Es claro que esta “destrucción” no proviene solo de una doctrina acuñada en Europa, proviene también de instituciones físicas que celosamente protegen el estatu quo. Instituciones como el Fondo Monetario Internacional o Banco Mundial, las cuales emiten “recomendaciones” o mejor dicho ordenes en cuanto a políticas de desarrollo, las cuales unos años después revelan su potencial destructivo. En este sentido tenemos el ejemplo del la ganaderización, proyecto que más que nada respondía a necesidades de Estados Unidos y el cual (sin ser visto claramente) se asentó como una bomba de tiempo en el campo, la cual al estallar hizo escuchar el desgarrador sonido de la vulnerabilidad alimenticia.

El neoliberalismo ha provocado la destrucción de nuestra soberanía política, económica y alimentaria, ha transformado al país en una nación dependiente y necesitada, como un bebe que sí no recibe cuidados paternos (Estados Unidos, orden mundial) corre fuertes riesgos de morir.

Con este panorama parecería imposible cambiar el sentido del rio, pero oh sorpresa: ese cambio se está dando. A pesar de las grandísimas fuerzas económicas y políticas que se oponen a todo aquello que parezca o sea diferente a la lógica de la acumulación, han surgido poco a poco movimientos en contra del orden impuesto. Al principio estos movimientos fueron locales y esporádicos, pero con el tiempo estos fueron globalizándose debido a las similitudes que se compartían con otros movimientos, evidenciando que el neoliberalismo es un mal mundial y que su malestar no es un sentir regional.

Y nuevamente oh sorpresa, la globalización se “ocupa” y se le comienza a dar un nuevo sentido, un sentido anticapitalista, en donde todas las visiones críticas comienzan a fluir en un mismo sentido de fondo: crear alternativas. Esto es el primer paso de la ruptura con la ideología hegemónica: dar el ejemplo de que si se puede, de que la realidad no se reduce a lo que existe y que a través del trabajo colectivo se puede transformar la realidad.

Este sin duda es un camino largo y muy empedrado, el cual será difícil recorre, pero ejemplos ya existen a nivel local como la Tosepan en Puebla donde los campesinos se están organizando de forma colectiva y cooperativa resolviendo acertadamente sus problemas, y a nivel nacional también hay ejemplos como Bolivia, país que está marcando un radical ejemplo en la construcción de su visión de nación como también sus políticas públicas fuertemente orientadas a crear paz y estabilidad social.

lo único que queda es organizarse y empezar a trabajar de forma colectiva en contra de esta bestia que se encuentra herida, y como dicen los cazadores: “el mejor momento para matar a la bestia es cuando se encuentra herida”. Solo a través del trabajo critico y colectivo se podrán dar los cambios, los cuales ya están ocurriendo alrededor de todo el mundo.