Para mí la historia es una rueda, la inconsistencia es mi esencia dice la rueda, súbete a mis ruedas, si quieres, pero no te quejes cuando te lance a los abismos, los buenos tiempos pasan, pero también los malos, la mutabilidad es nuestra tragedia y también nuestra esperanza, los peores tiempos y también los mejores siempre están pasando

Boecio

lunes, 12 de julio de 2010

EL CINE: UN GRAN APARATO IDEOLÓGICO DEL ESTADO

El capitalismo siempre se ha hecho de diferentes aparatos ideológicos para reproducir las condiciones que le dan vida, a lo largo de la historia de este modo de producción estos aparatos se han ido modificando: algunos han perecido y otros se han ido sofisticando. Este es el caso del cine, que ya desde hace muchos años había sido utilizado como aparato ideológico tanto informativo como cultural, es solo cuestión de recordar a autores como Sergei M. Eisenstein o Leni Riefenstahl quienes hicieron del cine una verdadera herramienta de propaganda política.

Pero no es hasta esta época donde la mundialización inducida se encuentra casi en su cúspide homogenizando por completo la cultura de consumo en el mundo, donde el cine, y en especial el de Estados Unidos, se ha convertido en una poderosísima herramienta de educación y dominación cultural, en un verdadero titán de los aparatos ideológicos de la ideología dominante que tiene por claro fin la reproducción de la fuerza de trabajo, la cual: “no solo exige una reproducción de su calificación, sino, al mismo tiempo, la reproducción de la sumisión de los trabajadores a las reglas del orden establecido, es decir, la reproducción de su sumisión a la ideología dominante, y una reproducción de la capacidad de los agentes de la explotación y de la represión para manipular la ideología dominante a fin de asegurar, también “por la palabra” la dominación de la clase dominante”.[1]

El cine norteamericano[2] se ha ido introduciendo en la vida de casi todos los países del mundo desde mediados del siglo XX cuando Estados Unidos se coronó como nuevo campeón del mundo occidental tras la Segunda Guerra Mundial. Poco a poco y de forma muy sigilosa fue permeando todos los aspectos de la vida de sus pobladores: comportamiento, consumo, gustos, lenguaje, formas de vestir, etc.

Un muy buen ejemplo de esto lo podemos ver en México con la película “una familia de tantas” de Alejandro Galindo, en donde se muestra el choque cultural entre la vieja familia, sus usos y costumbres y el novedoso “american way of life”, donde los viejos valores ya no tiene cabida frente a las novedosas y atractivas formas de conducta (al igual que la escoba ya no tiene lugar frente a la revolucionaria aspiradora) que “liberan” a los individuos de sus antiguas ataduras y les permiten vivir nuevas y excitantes experiencias como la libertad de elegir pareja o el consumo de nuevos y brillantes aparatos electrodomésticos.

Así y desde mediados del siglo XX el cine ha sido una herramienta utilizada por el imperio para imponer y reproducir su ideología, a manera de una invasión ha ido permeando al mundo entero con la visión del “american dream”, en donde la individualidad y la propiedad privada son los ejes temáticos ocultos (y muchas veces ni tan ocultos) de casi todas las películas norteamericanas, preponderando la gran contradicción de que ciertos individuos son más importantes para la sociedad que ella misma, que sin estos hombres la sociedad no podría salir adelante debido a ciertas crisis como terremotos, inundaciones, incendios, tornados, terroristas, alienígenas o monstruos. Esta visión impone la individualidad sobre la colectividad, dando a entender que la sociedad solo puede salir adelante gracias a ciertos hombres competitivos, feroces, eficientes y patriotas.

El cine norteamericano también impone una visión totalmente belicista de la realidad, en donde la única salida para una gran cantidad de problemas o circunstancias es la guerra frente a otros países. Es muy interesante ver que a través de este género de cine se suele poner como agentes hostiles en las películas a los enemigos actuales del imperio. Cuando la Unión Soviética existía James Bond y otra gran cantidad de superhombres no paraban de guerrear contra ellos en pro de la paz y la “tranquilidad mundial”, ahora que este otro imperio ha caído los nuevos enemigos que suelen aparecer en las películas de forma explícita o a veces encubierta son Corea del Norte, Bolivia y por supuesto Venezuela, la cual aparece como referencia en la última súper producción de Hollywood Avatar, en donde dos personajes al platicar hacen referencia hacia el pasado de cómo conquistaron Venezuela en una guerra.

Esta perspectiva belicista del escenario mundial retratada por el cine norteamericano[3] cumple tres funciones muy importantes para el desarrollo y perpetuación de la ideología dominante:

· primero, sacraliza la guerra como el mejor medio para relacionarse con otras naciones o grupos adversos al orden establecido que “amenazan” la vida y la seguridad fundamentalmente solo por ser diferentes, justificando la esencia de los aparatos represivos del estado: “el papel del aparato represivo del estado consiste esencialmente, en cuanto que aparato represivo, en asegurar por la fuerza (física o de otra especie) las condiciones políticas de la reproducción de las relaciones de producción (que en último término son relaciones de explotación)”.[4]

· Segundo, ayuda a identificar a los enemigos del statu quo mostrando sus costumbres bárbaras, incivilizadas y atroces además de su arraigada crueldad hacia la humanidad, estos seres humanos sólo por ser diferentes quedan plasmados ante los ojos del mundo como desalmados, sanguinarios e inhumanos, justificando íntegramente su homicidio y acostumbrando a los espectadores a la violencia y al asesinato, convirtiendo estos actos en algo cotidiano y aceptable.

· Tercero, justifica las actuales guerras que sostiene el imperio alrededor de todo el mundo mostrando que lo que hacen es por el bien de la humanidad y que lo único que buscan lograr es liberar a un pueblo de sí mismo para encaminarlos a hacia la democracia y la libertad.

Estas tres funciones que identifico muestran claramente como se relacionan los aparatos ideológicos con los aparatos represivos del estado en pro de la división mundial del trabajo, la reproducción de la fuerza de trabajo y por ende la reproducción del capital y de la ideología dominante.

Pero el cine también cumple otra función, una función de tipo formativa y educativa en cuanto a valores, costumbres y usos. En nuestro actual mundo globalizado en donde los conceptos de eficiencia, competencia y trabajo se han llevado a su máxima expresión, en donde la descomposición familiar reina en una gran cantidad de hogares, la televisión se ha convertido en el nuevo salón de clases de una gran cantidad de individuos.

Desde muy pequeños los seres humanos son puestos frente al televisor para que no den lata, esta televisión cada vez se encuentra más llena de programación y películas norteamericanas las cuales de forma repetitiva, monótona y constante bombardean a los pequeños (y luego ya no tan pequeños) con una serie de valores y comportamientos que poco a poco van haciendo suyos, al igual que en la escuela: “cuando la educación es paciente y continua, cuando no busca los éxitos inmediatos y aparentes, sino que insiste con lentitud en un sentido bien determinado, sin dejarse desviar por los incidentes exteriores y las circunstancias adventicias, entonces dispone de todos los medios necesarios para impresionar hondamente las almas”[5]. Estas almas quedan totalmente seducidas de forma irresistible por todo este nuevo mundo de colores y fines felices, que con solo apretar un botón comenzamos a practicar un ritual de reconocimiento ideológico que nos inunda con mentiras, las cuales supuestamente nos garantizan que somos sujetos concretos, individuales, inconfundibles e irremplazables,[6] en pocas palabras totalmente rentables, utilizables y desechables para la clase dominante.

Por si no fuera poco, este aparato ideológico se ve sumamente fortalecido por la piratería, la que es atacada por “inmoral y perversa” por los grandes consorcios, pero que en realidad se ha presentado como el mejor y más barato medio de difusión cultural cinematográfica. Gracias a la piratería muchísima más gente tiene acceso al cine, además este ya no presenta costos en cuanto a difusión, transporte o producción (ya sea en capital fijo o variable), todas estas tareas ahora están a cargo del trabajo informal, el cual difunde casi en cada esquina DVD´s cargados de un alto contenido ideológico que busca reproducir la injusta sociedad en la que vivimos.

Sin duda alguna el cine se ha convertido en una institución precisa y especializada que ayuda a reproducir la ideología que Estados Unidos impone a lo largo y ancho del mundo, buscando un único resultado: la homogeneidad en todos sus aspectos, esto mediante una industria cultural que no necesita de la violencia física para que todos nosotros caminemos en un mismo sentido: “los sujetos “avanzan” y avanzan solos en la inmensa mayoría de los casos, (…) la inmensa mayoría de los sujetos camina bien, camina “por si misma” es decir, mediante la ideología. Se insertan en las prácticas, gobernadas por los rituales de los aparatos ideológicos del estado. Reconocen el estado de cosas existentes, reconocen que “las cosas son así y no de otro modo””[7]. De este modo el cine sin darnos cuenta nos desmotiva completamente a través de ricas y emocionantes sensaciones de que el orden imperante no puede, bajo ningún pretexto, ser cambiado.

Yo no respaldo la idea de dejar de ver cine, sino todo lo contrario, es importante verlo ya que no todo es cine homogenizante, hay una gran cantidad de cine sumamente valioso y enriquecedor que nos permite vivir experiencias que están fueran totalmente de nuestro contexto y que nos abren puertas totalmente maravillosas. Pero por lo que si abogo es por ver cine critico y de una manera crítica para no ser engañados y poco a poco poder exigir una mejor calidad en el séptimo arte.



[1] Louis Althusser, “ideología y aparatos ideológicos del Estado (notas para una investigación)”, en la filosofía como arma de la revolución, Siglo XXI, México, 1989, p. 185.

[2] Utilizare como ejemplo en el ensayo el cine de Estados Unidos, porque es la industria cinematográfica-cultural con más influencia en el mundo, además de ser el cine del imperio y de la ideología dominante vigente.

[3] A mi parecer está muy mal retratada ya que siempre se muestra el asesinato como al heroico, el genocidio como algo aceptable que no presenta problemas para quien lo realiza, además se trata la guerra de forma totalmente maniquea y como algo tan simple como un juego de niños en donde los “daños colaterales” son totalmente justificables y entendibles.

[4] Louis Althusser, op. Cit., p. 192.

[5] Emile Durkheim, “educación y sociología”, Ediciones Península, Barcelona, 1975, p. 93.

[6] Louis Althusser, op. Cit. 204.

[7] Ibíd., pp. 204-205.

martes, 25 de mayo de 2010

UNA REFLEXIÓN RURAL

Sin duda alguna el neoliberalismo se ha presentado como uno de los retos más complicados en la historia mexicana, principalmente por su gran potencial de descomposición social.

Este proyecto que comenzó a los mediados de los 70´s (de la Madrid) y se formalizo a mediados de los 90´s (Salinas) ha presentado una destrucción sistemática del bienestar social, el cual estaba materializado en servicios estatales, subsidios, seguro social, asistencias, etc. en pocas palabras el neoliberalismo y su avance puede ser medido directamente con la disolución del Estado.

Es claro que esta “destrucción” no proviene solo de una doctrina acuñada en Europa, proviene también de instituciones físicas que celosamente protegen el estatu quo. Instituciones como el Fondo Monetario Internacional o Banco Mundial, las cuales emiten “recomendaciones” o mejor dicho ordenes en cuanto a políticas de desarrollo, las cuales unos años después revelan su potencial destructivo. En este sentido tenemos el ejemplo del la ganaderización, proyecto que más que nada respondía a necesidades de Estados Unidos y el cual (sin ser visto claramente) se asentó como una bomba de tiempo en el campo, la cual al estallar hizo escuchar el desgarrador sonido de la vulnerabilidad alimenticia.

El neoliberalismo ha provocado la destrucción de nuestra soberanía política, económica y alimentaria, ha transformado al país en una nación dependiente y necesitada, como un bebe que sí no recibe cuidados paternos (Estados Unidos, orden mundial) corre fuertes riesgos de morir.

Con este panorama parecería imposible cambiar el sentido del rio, pero oh sorpresa: ese cambio se está dando. A pesar de las grandísimas fuerzas económicas y políticas que se oponen a todo aquello que parezca o sea diferente a la lógica de la acumulación, han surgido poco a poco movimientos en contra del orden impuesto. Al principio estos movimientos fueron locales y esporádicos, pero con el tiempo estos fueron globalizándose debido a las similitudes que se compartían con otros movimientos, evidenciando que el neoliberalismo es un mal mundial y que su malestar no es un sentir regional.

Y nuevamente oh sorpresa, la globalización se “ocupa” y se le comienza a dar un nuevo sentido, un sentido anticapitalista, en donde todas las visiones críticas comienzan a fluir en un mismo sentido de fondo: crear alternativas. Esto es el primer paso de la ruptura con la ideología hegemónica: dar el ejemplo de que si se puede, de que la realidad no se reduce a lo que existe y que a través del trabajo colectivo se puede transformar la realidad.

Este sin duda es un camino largo y muy empedrado, el cual será difícil recorre, pero ejemplos ya existen a nivel local como la Tosepan en Puebla donde los campesinos se están organizando de forma colectiva y cooperativa resolviendo acertadamente sus problemas, y a nivel nacional también hay ejemplos como Bolivia, país que está marcando un radical ejemplo en la construcción de su visión de nación como también sus políticas públicas fuertemente orientadas a crear paz y estabilidad social.

lo único que queda es organizarse y empezar a trabajar de forma colectiva en contra de esta bestia que se encuentra herida, y como dicen los cazadores: “el mejor momento para matar a la bestia es cuando se encuentra herida”. Solo a través del trabajo critico y colectivo se podrán dar los cambios, los cuales ya están ocurriendo alrededor de todo el mundo.

viernes, 9 de abril de 2010

SME un conflicto de clase

El ataque directo a Luz y Fuerza del Centro (LyFC) por parte del Gobierno Federal tiene un profundo umbral económico que se materializa en la fibra óptica y este a su vez en el triple play[1]. La fibra óptica (material imprescindible para las telecomunicaciones en el siglo XXI) tiene una importancia estratégica en comunicaciones, en lo económico y en lo político, en otras palabras es fundamental para el desarrollo de México: es un sector estratégico.

La batalla por este servicio antecede el decretazo del 11 de octubre, el 30 de junio de 2009, LyFC y el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) presentaron a las autoridades de la Secretaria de Comunicaciones y Transportes (SCT) la solicitud formal de Concesión de una Red Pública de Telecomunicaciones Interestatal para LyFC (la cual fue negada rotundamente), que permitiría a la empresa ofrecer el servicio de telecomunicaciones con el triple play, a través de la infraestructura de la red eléctrica y de la red de fibra óptica de mil 100 kilómetros de longitud[2] que tardaron diez años en instalar los trabajadores electricistas. Este servicio se daría en el Distrito Federal y zonas de influencia en el Estado de México, Hidalgo, Morelos y Puebla,[3] no hay que olvidar que LyFC prestaba servicios de energía eléctrica a cerca de 25 millones de habitantes (cerca del 25% de la población nacional que representa el 40% de la economía nacional) en las 16 delegaciones del Distrito Federal, en 82 municipios del Estado de México, en 2 de Morelos, 45 de Hidalgo y 3 de Puebla.[4]

Se pretendía “ofrecer el servicio Power Line Communications (PLC) que posibilita la transmisión de voz y datos a través de cualquier línea eléctrica doméstica o de baja tensión. Esta tecnología se basa en un módem conectado a cualquier enchufe que permite, por ejemplo, el acceso a internet de alta velocidad… la utilización de este sistema con la infraestructura de LyFC abarataría el costo de esos servicios[5], a tal grado que el servicio de teléfono, internet y televisión costaría alrededor de 80 pesos mensuales. Esta situación la aclaro muy bien Raúl Pérez Vásquez[6] trabajador de LyFC en el departamento de gerencia comercial durante 26 años: “Hay intereses muy fuertes, hablaba yo de ganancias de más de 6 mil doscientos millones de dólares, por explotar tan solo el triple play, nosotros habíamos hecho un estudio de mercado y estábamos en condiciones de prestar este servicio con un costo mensual de 86, 87 pesos, mientras que el competidor más cercano tiene un costo de 389 pesos. Esos grandes intereses son los que precisamente pusieron en jaque a nuestro sindicato”.

Esto significaba que la paraestatal tendría tarde o temprano el control y el monopolio de uno de los negocios más prometedores del nuevo siglo, el cual, en México se estima en 6 mil millones de dólares anuales[7], esto en el área económica del país con la mayor preponderancia, arrebatándole el negocio a los grandes consorcios privados de la comunicación en México, principalmente Telmex, Televisa, Nextel y TV Azteca, además de otros grandes consorcios extranjeros del mismo ramo que ambicionan el control de las redes de fibra óptica de LyFC en el Valle de México.

Detrás de este golpe de Estado están intereses corporativos, económicos y políticos que tiene sus orígenes inmediatos en las elecciones del 2006. Es solo cuestión de recordar el pacto de Chapultepec, maniobra político-empresarial que ayudo a calderón a llegar al poder y lo comprometió con las empresas nacionales y extranjeras más poderosas del ramo. El Pacto presentaba cinco objetivos nacionales que el gobierno debería asumir como propios:

  1. Estado de derecho y seguridad pública.
  2. Desarrollo con justicia –crecimiento económico y empleo-.
  3. Formar y desarrollar capital humano y social.
  4. Desarrollo de capital físico.
  5. Reforma de la administración pública.

Objetivos que están claramente hermanados con la corriente liberal y que tenían por objetivo real recabar el compromiso por parte de los candidatos con el proyecto político de la clase empresarial. Este Pacto marcaba la necesidad de reformar el marco jurídico que impedía la inversión privada en áreas exclusivas del Estado, se proponía modificar el régimen jurídico que preservaba para la inversión pública la generación de energía, especialmente de hidrocarburos y eléctrica. La pretensión de este Pacto en realidad buscaba que las fuerzas políticas se inscribieran en un marco ideológico predeterminado y se diera por bueno lo que en realidad era solamente un gran negocio privado.[8]

Con estos antecedentes se comprende muy bien que en la lucha por obtener el manejo de este gran negocio no solo están poderosas compañías, si no también políticos que se desenvolvieron como intermediarios entre el sector privado y el público y que de alguna u otra forma están relacionados con estos sucios negocios. Así encontramos a compañías y políticos como la trasnacional española Telefónica encabezada por Francisco Gil Díaz, ex secretario de Hacienda de Fox, Cablevisión propiedad de Televisa, Telmex el gigante telefónico al que la SCT no le ha dado aún el cambio de título de concesión para que pueda competir en el triple play y WL Comunicaciones la cual es dirigida por dos panistas: Fernando Canales Clariond y Ernesto Martens ex secretarios de Energía de Vicente Fox[9], los cuales curiosamente compartieron secretaria con Calderón, además esta empresa impugnó la solicitud de LyFC para manejar la fibra óptica por medio del despacho de abogados que dirige Diego Fernández de Cevallos, jefe político del secretario de Gobernación Fernando Gómez Mont.

Al hacer esta relación de nombres y empresas, queda más que claro que atrás de la extinción de LyFC hay una gran lista de intereses privados que se intentan imponer a costa del beneficio público. La prueba de esto reside en dos acciones que evidencian los interés del gobierno federal: dos semanas después del decreto se abrió la licitación del espectro radioeléctrico de banda ancha (venta del servicio triplay) y en el nuevo paquete fiscal se exentó a las compañías que incursionaran en las nuevas frecuencias de pagar sus respectivos impuestos durante dos años. Además las concesiones se pretenden entregar a precios risibles, en Estados Unidos la fibra óptica con una intensidad de 90 megahertz se concesiona en 14 mil millones de dólares, en México se pretende concesionar la fibra óptica con una intensidad de 160 megahertz en 45 mil millones de pesos.[10] También para Raúl Pérez la situación es clara: “La fibra óptica es el gran negocio que esta de tras de todo esto, no es quitarnos nuestra empresa, no es quitarnos el contrato colectivo, es el interés que tienen las transnacionales, concretamente los españoles, de poder quitarnos esta gran inversión, esta gran oportunidad de crecer como país, de crecer en cuanto a empleos, de crecer en cuanto a tecnología”.

Hay que tener en cuenta que toda la infraestructura de LyFC la han pagado los mexicanos, construir 30 mil kilómetros de redes cuesta aproximadamente 300 millones de dólares, si hay mil 100 kilómetros, no es necesario hacer los cálculos para darse cuenta que esta grandiosa inversión que le costó al pueblo de México se está regalando al sector privado.

Estos argumentos contradicen frontalmente a los del Gobierno Federal sobre la extinción de LyFC, este argumenta que la compañía era deficitaria, se encontraba fuertemente endeudada, había un mal manejo de recursos, sus trabajadores era privilegiados, que era inviable su restructuración y que debido a esto la única solución era extinguir a la compañía, ya que presentaba un cargo sustancial para todos los mexicanos, como comenta María del pilar garrido trabajadora de LyFC en el departamento de ayudantes técnicos, seguridad y capacitación: “Tiene intereses que van más allá de lo que se comenta, que era una empresa que no era rentable, que había corrupción y demás, eso en nada tuvo que ver con la extinción de LyFC, los motivos van más allá, tiene que ver con intereses de empresas internacionales que tiene grandes negocios con todo la zona de influencia de LyFC”.

Sobre esta línea hay que tomar en cuenta que gran parte de estos problemas se deben al Gobierno Federal, para darse una idea es solo cuestión de ver las deudas de varias dependencias federales: Presidencia de la República: $ 5,801,045, Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA): $ 321,308,108, Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT): $11,010,081, Telecomunicaciones de México: $ 10,165,279, Secretaría de Gobernación: $ 11,243,393, Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS): $ 998,689, Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA): $ 3,034,143, Consejo de la Judicatura Federal: $ 8,163,617, Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL): $ 13,252,520, Poder Judicial de la Federación: $ 7,060,101, Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT): $ 4,386,478, Secretaría de la Reforma Agraria (SRA): $ 2,504, 514, Lotería Nacional: $ 2,360,369, que en total se llega a una suma de 398,786,841 pesos.[11]

Estos privilegios no solo son exclusivos del Gobierno, el sector privado también los tenia, empresas como Nextel, Suburbia, Gigante, Geo Edificaciones, el Hipódromo de las Américas, el Grupo Nacional Provincial, Banco Bilbao Vizcaya, la Universidad Tecnológica Fidel Velázquez, Laboratorios Médicos El Chopo, Sears Roebuck de México, Camino del Sol a Santa Fe, Desarrollo Inmobiliario Santa Fe, Tiendas Soriana, Acermex, Periodística Meridiano, centro comercial Coppel, varias gasolineras, Universidad El Pedregal, Escuela Secundaria y Preparatoria Justo Sierra, Hospital de Traumatología del IMSS, Compañía Hotelera del Ángel y sucursales de Comercial Mexicana, Telmex, Blockbuster, Compañía Comercial Herdez, Milano, Elektra del Milenio, Sport City Lomas Verdes, Yale de México, Concanmex, Sanborns, Universidad La Salle, mina El Tesoyo, la pista de patinaje de Inmobiliaria Cielo Azul, la Pista Olímpica de Hielo, Cinemex Zaragoza, el edificio del Fideicomiso de Fomento Minero, Operadora Vips, el Club Deportivo Cruz Azul, las oficinas Cosbel, Hotel Motel Casa Blanca, diario Milenio, El Universal, etc. y así hasta llegar a 482 empresas. Además de que a Televisa y Televisión Azteca se les descontaba hasta el 50% por órdenes de Jorge Gutiérrez Vera, el último director de LFC y quien fue miembro del Consejo Editorial de Economía de Reforma.[12] En este sentido es importante recalcar que además de todo esto existían cuentas especiales de servicio a las grandes empresas industriales y comerciales, en donde los usuarios industriales pagaban a 46 centavos el kilovatio, mientras los usuarios domésticos lo pagan a $1.50.

Todo esto muestra como en el fondo lo que existe y persiste es la eterna disputa de la burguesía por destruir las conquistas laborales históricas de la clase trabajadora, en otras palabras este conflicto evidencia la actualidad de la lucha de clases, la burguesía en su conjunto busca elevar sus ganancias por el único medio posible: la explotación del trabajo. Así la extinción de LyFC beneficia a la burguesía en dos sentidos: primero, al robar la infraestructura de una empresa pagada por el pueblo se elimina por completo la inversión de capital constante ahorrándole cuantiosas cantidades de dinero a numerosas empresas, la privatización concentra la propiedad y por lo tanto la ganancia, dando lugar a pobres más pobres y ricos más ricos. Y segundo, al sabotear e intentar destruir uno de los sindicatos más fuertes del país lo que realmente se busca es implementar un régimen de flexibilización laboral, un sindicato como el SME se ha caracterizado por un contrato colectivo que realmente defiende los derechos de los trabajadores y además ha servido de punto de referencia para el sindicalismo mexicano, sin este sindicato se abre una puerta muy grande para que en México los contratos colectivos pasen a ser cosa del pasado y que la burguesía en su conjunto pueda flexibilizar el trabajo a su antojo, dando paso a un régimen laboral déspota modulado solo por las ambiciones de lucro de la clase capitalista.

En este sentido Raúl Pérez habla de la lucha del SME: “Esta no es una lucha por rescatar nuestro trabajo, esta lucha va mas allá, tenemos que luchar por dejarles buenas condiciones a las nuevas generaciones que vienen atrás, para que tengan la oportunidad de contar con un buen empleo, donde se les respeten sus derechos laborales, porque ya lo han anunciado estos tipos, pretenden ahorita que está esta situación en crisis, que está esta situación difícil, con el apoyo de las transnacionales y de los grandes capitales de este país, pretenden meter las reformas neoliberales: la flexibilización de los horarios de trabajo, la contratación individual, la contratación por ahora y que de ese pago por hora salga el dinero para pagar nuestra seguridad social, salga el dinero para pagar la educación”.

Este conflicto evidencia la relación que existe entre el gobierno y los capitalistas, las democracias occidentales, que a mi parecer deberían ser llamadas dictaduras burguesas, se caracterizan por un puñado de hombres poderosos que deciden, contemplando solo sus intereses, el destino de millones y que generalmente estos son los que pagan todas las consecuencias, así: “mediante la represión física, la manipulación ideológica y los alicientes selectivos, estos regímenes se las ingenian para orientar a la mayoría de sus súbditos al logro de objetivos exclusivamente particulares”. [13]



[1] Empaquetamiento de servicios y contenidos audiovisuales (voz, banda ancha y televisión). Es la comercialización de los servicios telefónicos de voz junto al acceso de banda ancha, añadiendo además los servicios audiovisuales (TV). El servicio triple play es el futuro cercano para el desarrollo integral de comunicación entre hogares. El desarrollo actual de las empresas de telecomunicaciones, televisión por cable, televisión satelital, eléctricas, etc. conlleva una solución única para varios problemas: el servicio telefónico, televisión interactiva y acceso a Internet, todo en un mismo servicio. La diferencia que distingue a esta nueva categorización de tecnología consiste en que todos los servicios se sirven por un único soporte físico, ya sea cable coaxial, fibra óptica, cable de par trenzado, red eléctrica, o bien microondas, esto implica la mejora en la calidad de los servicios, nuevas posibilidades en telefonía y un abaratamiento (en teoría) de los mismos.

[2] Ángel I. Fosado Cruz, “LyFC y el SME presentaron a la SCT la solicitud para la concesión de triple play”, en Lux, México, vol. 608, junio de 2009, p, 11.

[3] Ibíd. p, 10.

[4] Loc. Cit.

[5] Rosalía Vergara, “Calderón y el SME: la guerra por la fibra óptica”, en Proceso, México, vol. 1719, 11 de octubre de 2009.

[6] Las citas de trabajadores salieron de una investigación de campo que hice con unos compañeros de la universidad, son los relatos de compañeros que nos expresaron su visión del problema.

[7] Jesusa Cervantes, “un colosal negocio de por medio”, en Proceso, México, vol. 1720, 18 de octubre de 2009, p, 25.

[8] Gutiérrez Roberto, Alberto Escamilla y Luis Reyes, “México 2006: implicaciones y efectos de la disputa por el poder político, Universidad Autónoma Metropolitana unidad Azcapotzalco”, México, 2007.

[9] Luis Castillo Farjat, “¿Qué hay detrás de la fibra óptica?” En La Resistencia Nacional Electricista, México, núm., 3, 2009, p. 6.

[10] Jesusa Cervantes, op. cit., p, 27.

[11] Rosalía Vergara, “todo mundo saqueó a luz y fuerza”, en Proceso, México, vol. 1719, 11 de octubre de 2009, p. 20.

[12] Ibídem. P. 21.

[13] Guillermo O´Donnell y Philippe C. Schmitter, Transiciones desde un gobierno autoritario: conclusiones tentativas sobre las democracias inciertas, Paidos, Argentina, 1988, p. 79.