Para mí la historia es una rueda, la inconsistencia es mi esencia dice la rueda, súbete a mis ruedas, si quieres, pero no te quejes cuando te lance a los abismos, los buenos tiempos pasan, pero también los malos, la mutabilidad es nuestra tragedia y también nuestra esperanza, los peores tiempos y también los mejores siempre están pasando

Boecio

jueves, 17 de abril de 2008

Mascaras mexicanas

16/04/08

Mascaras mexicanas

Octavio Paz

Creo que lo más sobresaliente del capítulo de mascaras mexicanas, es la doble moral que presentan tanto los hombres como las mujeres en la cultura machista, como este trato es tanto de un genero como de otro, es una relación dialéctica entre el hombre y la mujer, que tiene como resultado un trato amargo y violento. Por una parte, la mujer es el pilar de la vida, es nuestra madre, lo más sagrado de la familia y lo más querido, por otra parte, es lo feo de la vida, aquello que es débil y vil, aquello que no merece respeto y mucho menos un buen trato, un ejemplo de esto; el albur, que se le atribuye al contrincante una feminidad para “dárselo” moralmente y así humillarlo frente a los demás compas. La pregunta aquí es: ¿quién es responsable de esta condición cultural?, por una parte nosotros, tanto hombres como mujeres jugamos este juego vil de maltrato, pero tiene mucho que ver con una cultura impuesta, una visión desigual del mundo que se nos ha hecho creer, en todo reflejo de la cultura mexicana: cine, televisión, revistas, radio, etc. Se muestra esta imagen; una mujer dependiente del maltrato del hombre y un hombre dependiente del maltrato a la mujer, ya que una mujer no se puede afirmar como tal si no es maltratada y un hombre no se puede afirmar como “macho” si no maltrata. Es importante darnos cuenta de estas actitudes y patrones de conducta, ya que es la única forma de que podamos cambiar esta condición, la conciencia de nuestras acciones promueve un potencial cambio, un cambio que a mi manera de ver es ya muy necesario.

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